COMPONENTES DEL GRUPO:


Si quieres saber más sobre este proyecto, pincha en DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO y si quieres ver más, pincha en VÍDEO. En nuestra BASE DE DATOS, encontrarás mujeres que han destacado en diferentes disciplinas y que sus logros son Patrimonio de la Humanidad. Además, puedes descargarte un CÓMIC para descubrir estos personajes femeninos.

LAS BEGUINAS




En la Edad Media, sobre el siglo XII, apareció un movimiento de mujeres  que iban por libre, eran democráticas y trabajaban para obtener su propio alimento y hacer labores caritativas. Eran comunidades de mujeres espirituales y laicas, entregadas a Dios, pero independientes de la jerarquía eclesiástica y de los hombres.

Surgieron en un momento de sobrepoblación femenina, cuando dos siglos de guerras habían acabado con una gran proporción de los hombres y los conventos estaban colmados como la alternativa al matrimonio o a la clausura. Corría el siglo XII y las comunidades de beguinas, mujeres de todas las clases sociales, empezaron a extenderse. Gracias a las labores que hacían para la comunidad, eran enfermeras para los enfermos y desvalidos y maestras para niñas sin recursos, e incluso fueron responsables de numerosas ceremonias litúrgicas, muchas familias adineradas les dejaban herencia y mujeres ricas se instalaban en beguinajes.

Vivían en celdas, casas o grupos de viviendas, declaradas patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998, y podían abandonarlas en cualquier momento para casarse y formar una familia, pero a nivel espiritual no se casaban con nadie más que con Dios y los más desfavorecidos. También formaban partes de estos grupos mujeres casadas que se identificaban con el deseo de llevar una vida de espiritualidad intensa en los beguinajes de sus ciudades.

Tuvieron dos siglos de expansión rápida pero las denuncias de herejía las frenaron cuando la Iglesia empezó a ver que atraían donaciones “que les pertenecían”. Se instalaron en todas las grandes ciudades francesas y alemanas, pero la persecución las hizo volver a recogerse en Bélgica, de donde venían.

 Pagaron por las libertades que habían adquirido, económica, social y religiosa incluso con la muerte. Marguerite Porete fue quemada viva en 1310. Las acusaban de aturdir a los monjes y de encandilarlos cuando acudían a confesarse a los monasterios vecinos y las trataron como a las únicas mujeres libres de la época: las brujas. “El movimiento de las beguinas seduce porque propone a las mujeres existir sin ser ni esposa, ni monja, libre de toda dominación masculina”, explica Régine Pernoud en el libro La Virgen y sus santos en la Edad Media. Y así como sedujo a las mujeres, inquietó a los hombres.

Con sus conquistas volvieron a casa. Regresaron a los Países Bajos y Bélgica, aunque resistieron algunos beguinajes alrededor de Europa. La mayor comunidad se recluyó en un gran beguinaje en Cortrique la población del sur belga donde murió Marcella Pattyn, la última beguina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario